jueves, 2 de enero de 2014

Odio a la Naturaleza y la sociedad, la regresión constitucional en materia energética.

Odio a la Naturaleza y la sociedad, la regresión constitucional en materia energética.

Todos somos expertos en gas, petróleo y energía nuclear

Por Miguel Valencia Mulkay

La regresión constitucional en materia energética de Peña Nieto amenaza los corales, moluscos, peces, aves y otras especies endémicas del Golfo de México; también están amenazados muchos acuíferos, playas, suelos, manglares, selvas, bosques, ríos, lagos, lagunas, humedales y muchas especies silvestres en ciertos territorios de México. El norte del Golfo de México es ya en gran medida un mar muerto debido a los derrames petroleros. Además, están en peligro cientos de comunidades en las costas del Golfo de México y tierra adentro, en Tamaulipas y Veracruz, en los estados de Coahuila, Chihuahua, Hidalgo y otros, posiblemente. Las playas del Golfo de México pronto estarán muy salpicadas de crudo, por los derrames petroleros. En algunos años, comunidades del norte cercanas al Golfo de México pueden sufrir la presencia de indebidas cantidades de gas metano o de productos químicos muy tóxicos, en los suelos que pisan, en el agua que consumen y en el aire que respiran. Esta flora y fauna, y estas comunidades están ahora en peligro de extinción, por las insoportables contaminaciones que producen las nuevas tecnologías de extracción de gas o petróleo cuya utilización garantiza esta regresión constitucional. La fractura hidráulica ofrackingutilizado para extraer gas shale de lutitas o esquisto y la perforación en aguas profundas en el Golfo de México, tecnologías que son el principal sostén de esta regresión constitucional, exceden con mucho a los efectos contaminantes de la tradicional extracción de gas y petróleo (convencional). La extracción de gas y petróleo no convencional por medio del fracking y la perforación en aguas profundas implica un gran salto en la depredación ambiental y social de la industria extractiva de hidrocarburos; podemos situarla entre 10 y 30 veces superior, por barril producido.

El escandaloso silencio de los medios y las universidades de México oculta la intensa denuncia que realizan las comunidades afectadas en Estados Unidos y Europa por las contaminaciones que producen estas nuevas tecnologías.Esta nueva y terrible amenaza ambiental y social tiene su origen, entre otras causas, en el descomunal despilfarro de gas y petróleo de las últimas décadas en México y en el mundo, aberración económica y política que genera a su vezel agotamiento del gas y petróleo convencional o de bajo costo de extracción y el desastre climático. Ante este colapso energético, el gobierno de Peña Nieto y esos personajes que posan de representantes populares o legisladores- compendio del espurio sistema político responsable de la construcción de esta situación desastrosa a lo largo de varias décadas - deciden fugarse hacia adelante, profundizar sus omisiones y descuidos, radicalizar sus errores y traiciones y entregarse completamente a los intereses extranjeros, para los cuales trabajan solapadamentedesde hace tres décadas. En consecuencia, aceptan la envenenada propuesta energética del país del norte que exige entrar de lleno a la extracción del muy riesgoso gas y petróleo no convencional, y por esta razón técnica, entregan la soberanía y con ello la Nación, con esta regresión constitucional aprobada a espaldas de los ciudadanos. Alea jacta est: la suerte está echada; el sistema político escala ya la guerra contra la Naturaleza y la sociedad. Habrá que echar abajo esta regresión a la brevedad posible o enfrentar sus consecuencias y convertirnos en una réplica de Irak, Afganistán, Nigeria o Somalia. Para evitarlo, habría que estudiar las causas de fondo que permiten la aparición de esta derrota nacional.

En un instante, como un rayo, la aprobación de esta catastrófica regresión constitucional de Peña Nieto nos revela no sólo el dominio intolerable que ahora tienen el gobierno de EUA y sus banqueros y empresarios sobre México sino la profunda transformación que sufre la sociedad mexicana en los últimos años: ya es en gran medida una moderna sociedad de consumidores, interesada principalmente en las novedades, la transitoriedad, las huecas promesas de mejores precios y tarifas (sabe el precio de todo y el valor de nada, como diría Wilde); es ahora una sociedad amante de las marcas y las figuras emblemáticas, entregada al consumismo y al trabajo embrutecedor que ofrecen la industria y los servicios, indiferente a la miseria, la destrucción de la Naturaleza y el tejido social, despolitizada y víctima de "los mercados" y la colonización avanzada de su imaginario. Esta regresión constitucional nos descubre un cambio cultural construido a lo largo de más de medio siglo, por la escolarización, los medios y el consumo de la cotidianidad consumista; nos enseña una transformación social cimentada en la producción de miserables, la educación utilitarista, la publicidad y la propaganda televisiva, el crédito al consumo, la obsolescencia programada, el avance de la "productividad" y la"competitividad", el culto a la ciencia y la tecnología (que según esto resuelve todos nuestros problemas), la mundialmente famosa corrupción mexicana, la seducción del violento y suicida modo de vida de los estadunidenses. Una sociedad que se degrada con rapidez. Todo un desafío para los defensores de la Naturaleza y el tejido social.

El odio a la Naturaleza y las comunidades acompaña siempre a quienes colocan por encima de todo a la industria, los servicios, la economía, el crecimiento, el poder, el desarrollo, el dinero, la globalización. Los próximos años pueden ser más violentos e insoportables para los mexicanos que los pasados recientemente, de no prosperar la movilización social.

¡Abajo la regresión constitucional de Peña Nieto en materia energética!

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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES 

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